“Creí mi hogar apagado y revolví la ceniza, me quemé la mano”
Señores:
En estos momentos de profundo dolor para todos los presentes
Por la pérdida irreparable de quien en vida fue un esforzado padre,
leal esposo y más que sincero como amigo.
Muy consternado por el dolor vengo en representación de tus amigos
Para darte una triste y penosa despedida, disculpa si faltamos a tu deseo
De no llorar en tu última morada, pero es inevitable no hacerlo al ver a
Tu familia ahogada en un llanto inconsolable, no hay palabra alguna por
Mas alentadora que sea que pueda animar a quien ahora viuda se encuentra.
Y no hay palabra más simple y fácil de entender que pueda explicar a tan dulce
Niña el porqué de las lamentaciones de su madre, porque su padre se
Encuentra inmóvil en un adornado y aflorado cajón que a sus llorosos ojos
Se muestra.
A sus escasos tres años le es difícil saber que pasa ¿Quién podría describirle
Tan triste realidad? Ni el más insensible de los aquí presentes sería capaz de
Verla a los ojos y responder sus preguntas.
Hoy se va el hombre que al mejor estilo de un padre abnegado me aconsejo
En los menesteres que la vida me trajo.
Es en vano pedir resignación, porque nadie lo hará, nadie olvidara tu actitud
Positiva incluso frente a la enfermedad que te abatía, nadie olvidara las noches
De fulbito, timbeo y traguito al que puntualmente asistíamos.
Y si es verdad que aun de muerto puedes velar por nosotros, por favor no
Lo hagas, no a nosotros si no a quien más necesitara de ti, tu hija concéntrate
En ella.
En nombre de todos los presentes que conocieron la bondad y nobleza de
Tu corazón, descansa en paz amigo mío.
Profesor, en este discurso quise transmitir el sentir de los deudos, mi sentir como amigo lo inolvidable que fue el entierro. Quise transmitir la unión que en esos momentos familiares y amigos demostraron con la viuda. Este discurso se lo dedico a dos amigos míos victimas del maldito cáncer, su historia fue similar.
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